Beijing: milenaria y cosmopolita

Beijing encierra el pensamiento de Confucio, la política de Mao, la moda agresiva e impetuosa de occidente y genera la misma energía colorida de ese mítico dragón que la representa.

Los habitantes de Beijing han experimentado abruptamente los cambios arquitectónicos que han transformado a su ciudad y la han convertido en una de las metrópolis más grandes del mundo con un crecimiento vertiginoso y abrumador en menos de veinte años.
Sesenta años después de la declaración de la República Popular de China, su boom económico, la apertura comercial del país y una integración parcial a los mercados extranjeros han mejorado gradualmente el nivel de vida de quienes habitan en Beijing. Una gran ciudad de casi 17 millones de habitantes en un perímetro de 16 800km2. La estructura de Beijing, conocida y nombrada también como Pekín, está pensada en grandes anillos (casi cuadriculares) para dividirla por sectores en donde se reúnen y se confunden imponentes rascacielos, gigantes pasos elevados y perfectas carreteras que son el símbolo más tangible del crecimiento de esta ciudad que a pesar del alto nivel de contaminación (respirar el aire de Beijing, según los expertos, equivale a fumar más de 70 cigarrillos al día) no ha descuidado sus áreas verdes: parques y plazas bien cuidadas y a disposición de los ciudadanos. Precisamente en estos lugares se concentran varios grupos de diez o más personas para practicar el baile, a cualquier hora del día y con cualquier ritmo, o una sesión intensa de tai-chi o meditación junto a los vendedores ambulantes y cientos de transeúntes ansiosos por llegar a algún lugar. (estas actividades también suelen ser interrumpidas abruptamente por decenas de avezados conductores de bicicletas que parecen embestir a cualquiera que se cruce en su camino o por el fuerte sonido de las bocinas de los carros en las calles. En definitiva, el tránsito resulta caótico y peligroso si no se tienen los cinco sentidos en alerta. El semáforo, en ocasiones, es un objeto meramente decorativo.
Y es que la ciudad ha cambiado. Ha crecido. Se ha transformado. Beijing, como la capital de uno de uno de los países más grandes y poblados del mundo, deja ver la huella de su historia a cada paso, aunque a veces esos iconos como templos, callejones y símbolos estén confundidos, mezclados e incluso fusionados con el modernismo y las nuevas tendencias de occidente. Es una metrópoli que no duerme, que no para de trabajar ni siquiera en las madrugadas.
Sin embargo, cerca de este paisaje contemporáneo lleno de concreto y tecnología en donde se encuentran edificios de hasta cien pisos, también están ubicados, y a veces escondidos, los templos y plazas milenarias de China: la plaza de Tiananmen, es una de ellas. Considerada como uno de los espacios públicos más grandes del mundo, (440,000 mts2) ésta se presenta altiva, espaciosa, estremecedora en la avenida que lleva el mismo nombre en el centro de la ciudad. Pero por muy grande que parezca, y por muy pequeño que uno resulte mientras camina dentro de ella, siempre estará vigilado por varios circuitos de cámaras que silenciosamente observan cualquier movimiento, un invisible control en caso de que haya algún inconforme con el sistema que pudiera repetir los dolorosos acontecimientos de 1989.
Frente a la gran plaza aparece la Ciudad Prohibida, el corazón imperial de China. Un conjunto de casas-templo en donde vivieron dos dinastías de Emperadores (Qing y Ming). La arquitectura clásica oriental esta considerada como la más antigua y mejor conservada de toda China.

Para los que van en búsqueda del origen espiritual de China se encontrarán en pleno centro en Yongehong con el templo de Confucio y el de los Lamas. Este último considerado como uno de los más espléndidos de Beijing en donde se encuentra la figura del Buda más grande del mundo con 26mts de altura y hecho de un solo tronco de sándalo.
Para los nostálgicos, mochileros existencialistas o insaciables turistas que buscan el corazón de cada ciudad y los secretos de su pueblo, aun quedan los hutongs. Son estrechos y oscuros laberintos, algunos en los que solo puede pasar una sola persona o bicicleta a la vez, son callejones de antaño en los que los pequeños comercios de artesanías, casas de té y almacenes variados se han ubicado para promocionar lo más intimo de su cultura. Uno de las calles más conocidas es la de Liulichang, en donde no es raro encontrarse con artistas que venden su obra o antigüedades a módicos precio así como objetos típicos de la cultura oriental: lámparas de papel, té, abanicos, palillos, cerámicas, entre otros.

Sin embargo, los hutongs son en realidad la entrada de las casas de aquellos quienes aun no se han visto favorecidos económicamente por el gobierno. Estos guardan pequeñas casas o covachas de 12 mts2 en donde caben a veces hasta dos familias quienes comparten un baño-letrina en la misma vecindad. Lastimosamente, son la contradicción más dolorosa y atractiva para los turistas.

El color, el movimiento, la tenacidad

Los juegos olímpicos realizados el año pasado, Beijing 2008 fueron el punto culminante para anunciar a este gigante en expansión. Varias sedes deportivas fueron construidas para albergar a decenas de comitivas participantes de varios países. El moderno Estadio Nido de Pájaro, el Cubo de Agua, la torre de televisión son algunas de las imponentes obras que se admiran en la ciudad.
Esa fue una de las mejores catapultas de China para que se conozca su renovación y su nueva faceta. Ahí se demostró su poderío, la tenacidad y el compromiso de su gente, tanto, que ahora miles de estudiantes de todo el mundo acuden a este gran país para realizar estudios de idiomas o de intercambio laboral. El número de turistas ha incrementado notablemente en los últimos diez años, ya sea para conseguir negocios o para conocer más de cerca de este gigante asiático, cuna de las civilizaciones más antiguas del mundo.

Beijing, infinito contraste
Este gigante milenario y ruidoso se silencia también con las restricciones de su pueblo. A pesar de que las tecnologías han saturado los mercados con dispositivos electrónicos, computadoras, celulares, cámaras, etc., la utilización del Internet y la información está aun restringida. Las redes sociales como el Twitter , Facebook o Hi5, entre otras están prohibidas y controladas en su totalidad. El ciudadano común, se informa, lee, escucha, con lo que el estado le permite, es decir con medios públicos en coherencia con el sistema político imperante del partido comunista. Y es que no están dispuestos, por ahora, a perder la paz de su ciberespacio..

¿Qué, dónde, cómo, cuándo, porqué?
Los leones chinos: considerados como un símbolo de fuerza, valentía y poder. La escultura de este animal, a decir verdad, difiere mucho de la imagen de uno real pues no era normal verlos por esas zonas y los dibujaron, desde hace muchos siglos, como los chinos se los imaginaban. Los encontrarás, al macho y a la hembra esculpidos en piedra, siempre fuera de las instituciones bancarias, restaurantes o almacenes. El macho está ubicado a la izquierda con una bola bajo su pata y a la hembra con un cachorro bajo su garra izquierda.
Grandes mercadillos: en donde regatear es parte de la ley de comercio. El turista jamás debe sentirse intimidado o en peligro cuando decenas de vendedoras se lanzan con suplicas y amenazas para que compren su mercadería. No te sientas avergonzado por pedir una gran rebaja, que debe siempre ser menos de la mitad del precio que te piden. Recomendados: el mercado de la Seda o el de Las Perlas.
Imitaciones: para enloquecer. Puedes conseguir carteras, zapatos y relojes de marcas como Louis Vuitton, Chanel, Rolex, etc a precios cómodos y con un acabado perfecto. Pero recuerda, siguen siendo imitaciones y aunque algunas resultan perfectas debes seguir con el regateo para que no te la vendan como si fuera una original.
El ritual del té: este aromático y virtuoso remedio viene con un ritual que nadie debe perdérselo. Mejor aun cuando se lo toma en pequeños locales de los hutongs en donde se armonizara la mente, el paladar y el espíritu.
WangFujin: una de las calles peatonales más grandes de Beijing en donde están varios cadenas de almacenes. Además, es la ruta para quienes deseen probar comida exótica como alacranes, caballos de mar, culebra, entre otras.
El templo del Cielo, y el palacio de Verano, los dos lugares que no debes perdértelos. En donde los emperadores iban a pedir por una buena cosecha asi como para descansar.

La Ópera de Beijing, una de las mas famosas del mundo en donde se representa alguna historia con canto, mimica, artes marciales.
Unesco ha declarado 35 sitios como patrimonio de la humanidad en [China. De lellos sies estasn en Beijing, el templo del cielo, el palacio de verano, el tramo badaling de la gran muralla china, entre otras.

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