Fichitas


Hay quien no aprende de las experiencias ajenas.
Después del extravagante encarcelamiento de Paris Hilton y los infinitos escándalos alcóholicos de Britney Spears, ahora le toca el turno de Lindsay Lohan.
Aunque no es la primera vez: en mayo fue protagonista de un choque tras el que, simplemente, decidió huir de la escena.
En esta ocasión, la actriz ha sido detenida en Santa Mónica, ciudad vecina de Los Ángeles, por conducir un coche haciendo carreras, «en estado de embriaguez» y en posesión de un «polvo blanco» -que luego resultó ser cocaína- y no talco como muchos famosos han alegado, y con el permiso de conducir caducado.
La ficha completa. (de fichada, no que sea una fichita, aunque también)
Curiosamente, este suceso se produce días después de que la joven
completara un programa de rehabilitación. Menos mal.
La Policía recibió de madrugada una llamada denunciando que dos
vehículos circulaban por la zona de forma peligrosa, al parecer,
disputando una carrera. Minutos después, los agentes lograron
interceptar a los dos automóviles y reconocieron a la actriz,
que iba acompañada de otras dos personas. Alex Padilla,
portavoz policial, señaló que la persona que llamó a los agentes
fue la madre de la agente de Lohan, que, extrañamente, conducía el
otro coche.
La joven se sometió a una prueba de alcoholemia que dio positiva,
por lo que quedó bajo custodia policial mientras las otras personas
marchaban libres. Un registro posterior encontró cocaína en los
bolsillos de Lohan. Los agentes aseguran que cooperó en todo momento,aunque lloraba y se mostraba enojada. No era para menos; tuvo que pagar una fianza de 25.000 dólares y puede que pase cuatro días en prisión si es encontrada culpable de los cargos por conducir ebria y estar en posesión de cocaína.
Según declaró ayer su abogado, Blair Berk, la intérprete ha tenido «una recaída» y se encuentra ahora bajo atención médica.
Lohan -que actualmente acude a clases de tango para participar
en una película sobre la vida de Carlos Gardel y su
tórrido romance con una prostituta- salió hace dos semanas de una
clínica de desintoxicación con la condición de llevar
un brazalete electrónico para controlar su consumo de alcohol.
De poco ha servido. Por culpa de su desenfreno, ha visto cancelados
varios contratos, entre ellos el del Vodka Svedka, que irónicamente
iba a patrocinar la fiesta de su 21º cumpleaños.
Quizá debería empezar por buscarse otro tipo de padrinos.

* Artículo publicado en el Diario El Correo de Bilbao.
El 25 de julio de 2007. Por: María José Troya.

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